23 propósitos 365 días para cumplirlos

Hace justo un año me propuse escribir una carta en la que dejar plasmados mis propósitos para 2017, tenían que ser 23, por eso de que todos tenemos 23 amarillos y al final creo que 23 es un número mágico. Mi hijo nació un día 23. La sangre tarda 23 segundos en recorrer el cuerpo humano; la columna vertebral tiene 23 discos; el sexo de una persona lo define el cromosoma 23 y cada padre y madre aportan 23 cromosomas, 23 es el promedio de inspiraciones que realiza cada persona por minuto. Por lo tanto 23 es un número mágico.

Los propósitos tenían que ser reales y a ser posible que fuesen fáciles de conseguir, como por ejemplo una comida con amigos. Junto con la hoja de los 23 propósitos escribí  una carta y hoy al leerla me he sentido feliz porque lo que escribí en la carta se ha cumplido.

» En este 2017 quiero por lo menos cumplir estas 23 cosas, si las cumplo podré decir que estado con todas las personas importantes para mí.

Quiero pasar tiempo con mi hijo y mi marido, verle crecer.

Quiero seguir teniendo a mi lado a las Flexicocos, con nuestras comidas, nuestras casas rurales, nuestros buenos momentos que este año nos harán que aumentemos y seamos dos más.

Quiero seguir teniendo a mi lado a Viky y todo lo que ello conlleva, cafés, risas, llantos, confesiones…

Quiero seguir manteniendo a las de siempre, a las que en 2016 volvieron y a las que no se fueron, Laura, Lorena, Leti, Ana, Blanca, Irene, Rosita, Vanesa.

Quiero ser feliz y que mi madre lo sea.

Quiero que Loli siga siendo mi mejor amiga de la uni y que nuestra amistad siga igual.

Quiero que todos y cada uno de los que me han acompañado en 2016, sufriendo a mi lado, sean felices y que pueda vivir con ellos algún momento inolvidable, Paula, Antonio, Eva, Bea.

Prometo ser feliz en 2017, seguir creyendo en los sueños.»

Esta fue la carta que escribí.

Entre los 23 propósitos había cosas muy simples como hacerme una foto con Bea, con mi rubia, me parecía mentira que desde que nos conocíamos no nos habíamos hecho una foto juntas. Por suerte en 2017 lo hemos solucionado.

Otro de los propósitos era hacer una casa rural con mis Flexicocos. Cuando escribí la carta esa era una de las cosas que si me hubiesen dicho que no iban a suceder no me lo habría creído. Es increíble como puede todo cambiar en unos días y pasar del blanco al negro… En 2018 habrá que hacer 2, una por 2017 y otra por 2018!!!

Mi balance es bueno. Estoy feliz de seguir teniendo a mi lado a las mismas personas. Ver que los que estaban están. Estoy orgullosa de todo lo que he conseguido este año, de todo lo que he hecho, de haber vuelto a trabajar y que pareciese que no me había ido un año. Feliz de seguir creando recuerdos y momentos bonitos con gente maravillosa. De haber conocido lugares nuevos.  Por supuesto que hay cosas que borraría de 2017, pero si algo es aprendido es que las cosas vienen como vienen y hay que afrontarlas. No sirve de nada quejarnos, preguntarnos por qué a mí. Lo que tiene que pasar pasa y lo que tenga que ser será. Tenemos que aprender a vivir el hoy porque ayer ya es tarde y mañana no se sabe.

Volveré hacer mi lista con 23 propósitos, repetiré los que no se han cumplido en 2017 porque estoy segura que el que la sigue la consigue.

Un consejo para 2018, «Olvidarse de reís es imperdonable. Rompe a reír o a llorar. Vale la pena hacerse añicos por esos dos sentimientos»

Desde hace años tengo una frase grabada en mi mente, una frase que descubrí gracias a un libro, es libro años después me lo regaló Viky, y esa frase el año pasado Ana me la regaló en una pulsera. Es una frase que me acompaña siempre. «SI CREES EN LOS SUEÑOS, ELLOS SE CREARAN.» Nunca hay que dejar de creer.

Confío y sé que 2018 me va traer sólo cosas buenas.

 

Feliz 2018.